Agra es una de esas paradas obligatorias dentro de cualquier itinerario por el norte de India. Un lugar donde todo viajero que se precie realiza un alto en el camino para deleitarse con una de las siete maravillas del mundo moderno: El Taj Mahal.

Este majestuoso conjunto de edificios fue construido hace casi 400 años. Una estructura erguida con todo el derroche y opulencia que debió merecerse Mumtaz Mahal, la esposa que más quiso el emperador mongol que mandó construir en honor a su amada el mausoleo más bello jamás creado.

Pero esta muestra de amor desmedido contrasta con una realidad de la que no se habla tanto por las calles Agra:

En India más del 70 % de las mujeres sufren algún tipo de acoso a lo largo de su vida y un 39% reconoce haber sido tocada en público.

Que este no es el país más fácil, ni con el trato más favorable hacia la mujer no es algo que desconociera. Tampoco que tanto la discriminación como el acoso están a la orden del día. De hecho, India ya nos dio una amarga bienvenida nada más llegar. Pero algo que no me esperaba es que los ataques con ácido fueran tan comunes.

Según la ASFI los ataques con ácido en India van en aumento cada año, siendo 106 las víctimas contabilizadas en el 2011 y 249 en el 2015. De estas, el 85% son mujeres. 

Por suerte, hay personas que se encargan de que estos casos no caigan en el olvido y es precisamente en Agra donde, muy cerca del Taj Mahal, se encuentra otro monumento construido en honor a la mujer (no tan vistoso y menos visitado), pero con muchas historias por detrás.

Sheroes Hangout es una cafetería regentada por 8 mujeres SUPERVIVIENTES (como les gusta que se las llamen). Heroínas que han conseguido salir a delante enfrentándose a los estigmas de la sociedad que las rechaza por su aspecto. Luchan contra los que quisieron marcarlas de por vida, con la intención de avergonzarlas y apartarlas de la vida pública al quemarlas con ácido. Pero sobre todo, luchan para que cosas así no sigan ocurriendo: para que no haya más mujeres que sufran lo que ellas ya sufrieron.

Algunas fueron atacadas por deudas de sus padres, como es el caso de Ritu; otras por familiares, como Rupa, que fue quemada por su madrastra mientras dormía; o en el caso de Chanchal, el chico al que rechazó la propuesta de matrimonio decidió vengarse de ella y de su hermana lanzándoles acido mientras descansaban.

Historias impactantes que se pueden conocer de primera mano en esta cafetería ya que son las mismas supervivientes las que atienden con la mejor de sus sonrisas. Algunas tienen la cara completamente desfigurada por las quemaduras, otras hasta partes del cuerpo. Perdieron el olfato, la vista, o incluso los labios, pero no se esconden detrás de unas gafas o un velo. Ya no tienen miedo y mucho menos vergüenza.

Aquí han conseguido crear un entorno donde nadie las juzga. Quien se acerca a tomar algo es porque quiere hacer visibles a estas mujeres y apoya la causa. Además los platos son exquisitos, la atención magnifica y el valor del servicio lo dejan a criterio del cliente. Nada de precios en la carta.

Sheroes es un rinconcito de paz entre todo el caos de las calles de una ciudad como Agra. Lleno de colores, grafitis de mujeres y fotos de supervivientes. Se pueden encontrar prendas hechas a mano, joyería y hasta una pequeña biblioteca para el disfrute del cliente. También hacen charlas, cursos y reuniones, como con la que coincidimos en Sheroes Hangout Udaipur, sobre enfermedades comunes en la mujer y como combatirlas.

La idea de abrir Sheroes Hangout (apoyada por la asociación Stop Acid Attack) era darles una salida e independencia económica a las mujeres que no tienen el respaldo de familiares o amigos. Debido a que muchas carecen de estudios, siendo eso una traba añadida en su reinserción laboral, desde la asociación se les da apoyo psicológico, educación, formación en diferentes ámbitos y ahora, también trabajo.

Aunque el camino a recorrer sea largo, ellas reconocen que la sociedad India está cambiando y que cada vez la gente está más concienciada sobre este tema. Ya no miran hacia otro lado como si ni ellas, ni el problema existiera, ahora se sienten arropadas.

De hecho, han tenido tan buena acogida desde que comenzaron en el 2013 que ya tienen dos cafeterías más. Una en Luchnow (Uttar Pradesh) y la otra en Udaipur, a la que también tuvimos la oportunidad de ir.

En Agra fuimos atendidos por Mashu. Hacía tan solo 9 meses que había comenzado a trabajar y apenas se desenvolvía en inglés, pero eso no impidió que aceptara con gusto hablarme un poco sobre ella y el pequeño oasis que representa esta cafetería.

Nos comentó que no hablaba una palabra de inglés cuando empezó y que aunque le sigue dando un poco de vergüenza, ella se lanza a charlar con los clientes ya que era la mejor manera de aprender.

Ya había escuchado y leído los casos de sus compañeras y evité preguntar sobre su agresión. Aunque sé que me hubiera respondido sin ningún problema, preferí centrar la conversación en lo que a las dos nos interesaba más: cómo se encontraba y que había ganado desde que comenzó en Sheroes.

Me contó que dio con este lugar mediante su doctora: ella le hablo de Stop Acid Attack y sus proyectos. Gracias a eso contactó con la cafetería y después de tres días de formación enseguida comenzó a trabajar. Me repitió al menos tres veces lo feliz que era. Aunque no hacía falta que me lo dijera: su sonrisa y sus ganas de explicarlo todo la delataban.

Me habló sobre lo que se ayudaban entre las compañeras y lo fuerte que es ahora (haciendo el gesto de sacar bíceps). También sobre las reuniones y los cursos gracias a los que había decidido seguir formándose.

Mashu fue la que nos terminó por confirmar que la iniciativa está dando sus frutos y cambiando la vida de muchas personas. Y a mí, la impresión de todo un país:

Habíamos tenido un mal comienzo en India. Una situación que me cogió por sorpresa, sin saber cómo actuar. Los dos días siguientes sentía una presión en el pecho cada vez que pensaba en lo que ocurrió. Un sentimiento de culpabilidad y la amarga impresión de no entender el funcionamiento de las cosas en esta parte del planeta.

Pero cuando llegué a Sheroes Hangout vi que hay mucha gente que lucha por transformar la sociedad. Cierto es que estos cambios vienen poco a poco, pero estas heroínas no están solas y cada día más personas deciden mirar de frente a la problemática a la que se enfrentan las mujeres en India.

¿Quieres más información sobre Sheroes Hangout?

Desde Rumbo a las Antipodas te animamos  a que visites sus cafés en Agra, Luchnow o Udaipur. Pero si no tienes planeado pasarte por India y quieres saber más sobre el proyecto, siempre puedes echar un vistazo a su página web, seguirlas en Facebook o ver alguno de sus video/documentales en youtube.